CARTA ESCRITA POR DON DIEGO DE TORRES VILLARROEL DESDE EL CUBO DE DON SANCHO A DON BALTASAR DE HERRERA, BENEFICIADO DEL PUEBLO, DÁNDOLE AVISO DE LAS NOVEDADES DEL LUGAR.
hay cuarenta y una leguas,
y desde Madrid al Cubo
las mismas ellas por ellas.
Desde aquí, donde no hay
Propio,
Ordinario, ni Kalendas,
hoy, a falta de Correo,
te escribo por Estafeta.
Sea en hora buena, pues,
mi Baltasar de Herrera,
el que hayas visto a tu
Madre,
Y si esto es poco, a tu
Abuela.
Que tus queridos Hermanos de
vientre,
sino de teta,
abraces a
y beses a
Que de gozo se te caiga,
Tanta baba, que parezca,
que sales de Antón Martín,
con la unción, aunque no
extrema.
Yo estoy bueno,
Y des de que cumplí, amigo,
con
el alma tengo que salta,
y el cuerpo está que
revienta.
Tus criadas todas tres,
a porfía me cortejan,
pues
y las mozas me consuelan.
Con esto, y con tus
gallinas,
que solo por mi están
muertas,
A pie enjuto convalezco
de la pasada tormenta.
De este modo mi destierro
pase,
hasta que el tiempo quiera
quitarle aquesta carcoma,
a tu corral y despensa.
Las novedades de acá,
según dicen las Gacetas,
son que hay poca bellota,
y muchos puercos y puercas.
Poca lana, y esta en zarzas,
nacen Potros, porque hay
Yeguas,
los Pavos con tanto moco,
las Burras con tanta flema.
Marta sale con sus pollos,
pero el Milano los diezma,
los huevos valen a Asparges,
los bódigos a Requiescat.
Las hierbas del campo
cumplen,
un año por esta fechas,
y la cosecha se aguarda,
ni decena, ni centena.
En Concejo el otro día,
se tuvo una larga dieta,
y es porque mandó el
barbero,
el que ninguno comiera.
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Entre vecinos,
razones hubo de Estado, y de
guerra,
y acordaron, que el egido,
se sembrase de Pimienta.
Quisieron sangrar el Río,
ahora que es Primavera,
y aunque el barbero tentaba,
no pudo hallar la vena.
Determinaron, en fin,
hacerle sangrías a secas,
y después de todo, darles,
con los rollos unas friegas.
Sacó el pastor Gil Censuras,
por que de su choza mesme
le hurtaron unas Carlancas,
la porra, zamarra y cuerna.
Ordeñaba la otra tarde,
la vaca Andrea, Zabala,
y de una coz le dio, con la
olla,
y leche entre las cejas.
fue de los lobos merienda,
y dicen que le quedó otra,
entre las dos faldriqueras.
Las cabras en el corral,
metieron a Inés la tuerta,
salió a todo Ana la coja,
Y con sus once de oveja.
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Hiciéronse los conciertos,
entre Pericón y Menga,
y con Llorente el Pantorro,
Casilda
Engorda mucho Lucía,
según dicen las malas
lenguas,
yo creo que son naturales,
tan buenas engordaderas.
Con Ana la coja, Olaya,
tuvo
y pasole por el Cerro la
mano,
y no la de la rueca.
El Cabañil de Pelayo ardió,
y se hicieron pavesas,
dos Coyuntas, un Sobeo,
el Yugo, y las Meleneras.
Tenía en el tendedero,
María
una camisa, y al nido,
se la llevó la cigüeña.
H mandado liberal,
como a recobrarla vuelva,
una manga ala Parroquia,
y el ruedo para la estera.
En el corral de Concejo,
rompió a coces el cañizo,
y se presentó en Ledesma.
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El burro del Hortelano,
por querer dar media vuelta,
cayó, rompió las costillas,
y vino a dar vuelta entera.
Descornósele el Buey Gacho
a Pascual, y por si pega,
a Santa Águeda Bendita,
le mandó un Cuerno de Cera.
Trastornó el Carro Tomé,
en el monte, y a una Rueda,
sele despegó el Calzón,
muy junto de
Pero la vaca Pachona,
por poco no pereciera,
y el, viendo esto,
unas abarcas mandó a Santa
Teresa.
Dos Becerros al Alcalde,
le parió la vaca Prieta,
anda en vísperas
y
Está la cabra de Francho,
con tiña, sarna, y viruelas,
y un queso te está
elaborando,
para cuando vengas.
A
le ha dado una rabia fiera,
de suerte que ya no sufre en
ancas,
Ronzal, Estribos, ni
riendas.
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Yo la conjuré,
y el quiere llevarla a
Valdejimena,
más no puede ir sin que
vaya,
metida en una litera.
A la oveja de Tomasa,
tu comadre la pavera,
le han dado unas seguidillas,
que yo las vuelvo cuartetas.
Parió Dominga Chapada,
la del Regidor Cabrera,
y dionos en el bautizo,
berros, suero, y acederas.
Por un antojo nomás,
abortó Mari Thomena,
que se le antojaron ajos,
y no hubo más que seis
riestras.
Mi comadre
la de junto a la lechera,
a mi ahijada lleva a misa,
porque tire por
Blas y Antón tuvieron,
cimes y diretes sobre la
mesa,
Antón a Blas llamó Burro,
y Blas a Antón llamó Bestia.
Bestia es palabra mayo, dijo
Antón,
pues vamos a la querella,
dijo Blas,
y al pesebre de Belen,
remitieron la sentencia.
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¿Bestia?, dijo, no sufre,
¿Burro?, vaya en hora buena,
porque es prójimo el que es
burro,
y el prójimo no es ofensa.
Pero metiose por medio,
Toribia la tabernera,
y hizo entre los dos paces,
con solo una azumbre y
media.
Agarráronse de moño,
Cecilia chata y su Suegra,
una a otra llamó Olla,
otra a una Cobertera.
Hubo revuelco y remango,
tremolando por banderas,
una falda sin orden,
y la otra un ruedo con
reglas.
Mucha pelota de Borra se
vio,
de saque y de vuelta,
y descubrieron muy gordos,
bordones para raquetas.
Nunca mejor,
para un Asperges en día de
fiesta,
se vieron estar a punto,
el hisopo y la caldera.
Entre el Toro y el Berraco,
ha habido sus diferencias,
vase el Berraco a las vacas,
y el Toro se va a las
Puercas.
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El Poquero y el Yeguero,
armaron una pendencia,
porque aquel mama las
Potras,
y este le mama las Cerdas
Pascual Galercio el de
arriba,
tuvo la papada enferma,
ofreciose a San Antón,
y le mandó cuatro Orejas.
En la huerta el otro día,
tuvieron una zarzuela,
que debía a de ser Mora,
pero no era tiempo de ellas.
Creció el Río, y en las
Nasas,
se cogieron cien Lampreas,
diez Besugos, veinte Atunes,
seis Congrios y una Ballena.
Y por poco se escapó,
el mismo Jonás Profeta,
que ya estaba en el Garlito,
y las lió con la cesta.
Mejor lance hubo después,
no se ha visto mejor pesca,
porque cayeron tres ranas,
un sapo y cinco culebras.
Estas son las novedades,
que no las tendrás como
estas,
ni el Preste Juan de las
Indias,
ni el gran Tamorlán de Persia.
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De tu casa decir puedo,
no hay en ella cosa nueva,
pues ya sabes, que es el Ama,
dos veces Cristiana vieja.
Jurósela el otro día,
por no se que, a una
Mozuela,
diciendo la ha de partir,
en llegando
Lo que hay de nuevo, es que
dice,
que tiene hecha una promesa,
de ir a Roma, que enfadada
está de ser Aguileña.
Y que la fe de bautismo le
traigas,
porque desea saber
ciertamente,
si son lo mismo,
ocho que ochenta.
Que su partida ha de estar,
junto a las mil, y
quinientas,
cerca de Maricastaña, y el
Rey,
que rabió a la vuelta.
Yo creo quiere casarse,
porque a Domingo Albéitan le
dijo:
le viste el diente,
para saber cuando cierra.
La otra mañana la echaron,
un costal de sanguijuelas,
y aun no llegaron al ojo,
que quedaron en la ceja.
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Para sangrarla, ya sabes,
que no alcanza la lanceta,
y es menester la lanza en
ristre,
cerrando a carrera abierta.
Preciso es, que el
sangrador,
un fuerte Longinos sea,
y diga también Santiago,
y cierra España, y a ella.
Puede vender más de seis
pares,
de pantorrilleras;
pues antífonas mayores,
no las ha visto quien reza.
La otra tarde un recio
viento,
que disparó por tronera,
le arrebató a una vecina,
los cedazos y la artesa.
En
temblaron Chocolateras,
Candiles, Sartenes, Cazos,
Asadores, y Tarteras.
El pavoroso Rimbombe,
pareció cañón de Leva,
o que allá en Ciudad
Rodrigo,
hicieron salva las piezas.
El trueno fue terremoto,
y yo mandé a toda prisa,
que tocasen a nublado,
y conjuré la tormenta.
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Que fue terrible el granizo,
nos dijo la lavandera,
porque le halló en la camisa,
pelotas de a libra y media.
Ahora está tomando verde
y espero cuando la veas,
que la has de juzgar
Firsona,
si antes era Cordobesa.
Juan Rodríguez está malo,
y
y uno, y otra al tabardillo,
dan gracias a la puchera.
Otras novedades dejo,
para otro correo,
estas son necesarias ahora,
las comunes se reservan.
Gózate, pues, en
con Recitados, y Arietas,
mientras que Yo a Jeremías
Truenos,
compito en la aldea.
Diviértete en la delicia,
del paseo, y la comedia,
mientras que Yo en este
valle,
bimo, y lloro hijo de Eva.
Dios te guarde, y
brevemente,
a mi vista de las vueltas;
de el Cubo; esto es para ti,
para los demás Almeida.
Sin año, día, ni mes,
Firmo mi carta,
Te besa las manos, Torres tu
amigo,
Mi Don Baltasar de Herrera.
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